jueves, 4 de mayo de 2017

Como están formadas las galaxias 

En Ojo Científico el hablar de galaxias, de estrellas y de supernovas es moneda corriente. Muy a menudo traemos a colación imágenes de una nueva supernova descubierta, de la explosión de una estrella a tiempo real o de fenómenos astronómicos similares. ¿Pero exactamente en qué consisten este tipo de fenómenos? A veces una imagen puede resultar más explicativa que muchas definiciones, y más si se trata de fenómenos tan complejos como lo son los fenómenos espaciales, más específicamente formaciones de galaxias. Si no tienes mucha idea de cómo es el proceso de formación de una galaxia, tal vez la imagen que hay tras el continuar leyendo te ayude un poco para comprender las fases por las que atraviesan los cuerpos celestes que forman este tipo de estructuras astronómicas.Se ha utilizado para detectar las nubes de gas con formación estelar más distantes encontradas hasta ahora en galaxias normales del universo temprano.
Las nuevas observaciones permiten a los astrónomos empezar a ver cómo se construyeron las primeras galaxias y cómo despejaron la niebla cósmica en la época de deionización. Esta es la primera vez que pueden verse este tipo de galaxias como algo más que manchas difusas. Cuando las primeras galaxias se empezaron a formar, unos cuantos cientos de años después del Big Bang, el universo estaba poblado por una niebla de gas de hidrógeno. A medida que empezaron a aparecer y a aumentar las fuentes brillantes — tanto estrellas como cuásares alimentados por enormes agujeros negros — estas despejaron la niebla e hicieron el universo transparente a la luz ultravioleta. Los astrónomos llaman a esto la época de deionización, pero poco se sabe sobre estas primeras galaxias y, hasta ahora, sólo se han visto como manchas muy tenues. Sin embargo, gracias a nuevas observaciones que utilizan las capacidades de ALMA, esto está empezando a cambiar. Un equipo de astrónomos, liderado por Roberto Maulino (Laboratorio Cavendish e Instituto Kavli de Cosmología, Universidad de Cambridge, Reino Unido), observó con ALMA unas galaxias que habían sido vistas tan solo unos 800 millones de años después del Big Bang. Los astrónomos no buscaban la luz de las estrellas, sino el débil resplandor del carbono ionizado procedente de las nubes de gas a partir de las cuales se formaron las estrellas. Querían estudiar la interacción entre una generación joven de estrellas y los fríos grumos que se estaban uniendo en el interior de estas primeras galaxias. Tampoco buscaban esos escasos objetos extremadamente brillantes — tales como cuásares o galaxias con tasas muy altas de formación estelar — que ya habían sido observados. En su lugar, se concentraron en buscar galaxias algo menos llamativas y mucho más comunes: galaxias que re ionizaron el universo y llegaron a convertirse en la mayoría de las galaxias que vemos actualmente a nuestro alrededor.

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