martes, 16 de mayo de 2017

La Luna 


La Luna es el único satélite natural de la Tierra. Con un diámetro ecuatorial de 3474 km1 es el quinto satélite más grande del Sistema Solar, mientras que en cuanto al tamaño proporcional respecto de su planeta es el satélite más grande: un cuarto del diámetro de la Tierra y 1/81 de su masa. Después de Ío, es además el segundo satélite más denso. Se encuentra en relación asíncrona con la Tierra, siempre mostrando la misma cara hacia el planeta. El hemisferio visible está marcado con oscuros mares lunares de origen volcánico entre las brillantes montañas antiguas y los destacados problemas. A pesar de ser en apariencia el objeto más brillante en el cielo después del Sol, su superficie es en realidad muy oscura, con una reflexión similar a la del carbón. Su prominencia en el cielo y su ciclo regular de fases han hecho de la Luna un objeto con importante influencia cultural desde la antigüedad tanto en el lenguaje, como en el calendario, el arte o la mitología. La influencia gravitatoria de la Luna produce las mareas y el aumento de la duración del día. La distancia orbital de la Luna, cerca de treinta veces el diámetro de la Tierra, hace que se vea en el cielo con el mismo tamaño que el Sol y permite que la Luna cubra exactamente al Sol en los eclipses solares totales. 


Que tan importante es la luna para la tierra?

La luna es el único satélite de la tierra, pero ha sido clave para que la misma sea como es ahora y, sobre todo, sin ella, hubiera sido imposible que se dieran las condiciones para la vida en nuestro planeta de Importancia. La luna es esencial para que las mareas sean posibles. De la misma forma que la tierra atrae a la luna, ésta también nos atrae, creando un efecto de estiramiento del planeta aovándolo. Esto produce un ligero movimiento de atracción a la luna y viceversa, lo que provoca la subida y bajada de la marea dos veces al día. 

La luna y la tierra 
La luna, también, mantiene la estabilidad del clima en nuestro planeta y el ciclo de las estaciones. Además de esto, si no tuviéramos satélite, si la luna estuviera presente en la noche y nos atrajera, la tierra tardaría solo 8 horas en dar una vuelta completa sobre sí misma, lo que afectaría a varias cosas: viento más violento, una atmósfera con más oxígeno, mayor campo magnético y, además, el año tendría 1.095 días. El valor de la luna está, como hemos dicho, en que, sin su influjo, la tierra es más que probable que no hubiera existido como la conocemos. Aun así, es muy poco lo que sabemos aún sobre nuestro satélite. Si bien es cierto que se hicieron varias expediciones a ella y se obtuvo material para su estudio, se desconoce muchísimo de ésta y se están estudiando nuevas formas de, además de poder aterrizar sobre ella, estudiarla desde otros puntos de vista que nos ayuden a conocerla muchísimo mejor e incluso ver la forma de aprovechar algunos de sus recursos naturales.

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