La Luna
La
Luna es el único satélite natural de la Tierra. Con un diámetro ecuatorial de
3474 km1 es el quinto satélite más grande del Sistema Solar, mientras que en
cuanto al tamaño proporcional respecto de su planeta es el satélite más grande:
un cuarto del diámetro de la Tierra y 1/81 de su masa. Después de Ío, es además
el segundo satélite más denso. Se encuentra en relación asíncrona con la Tierra,
siempre mostrando la misma cara hacia el planeta. El hemisferio visible está
marcado con oscuros mares lunares de origen volcánico entre las brillantes
montañas antiguas y los destacados problemas. A pesar de ser en apariencia el
objeto más brillante en el cielo después del Sol, su superficie es en realidad
muy oscura, con una reflexión similar a la del carbón. Su prominencia en el
cielo y su ciclo regular de fases han hecho de la Luna un objeto con importante
influencia cultural desde la antigüedad tanto en el lenguaje, como en el
calendario, el arte o la mitología. La influencia gravitatoria de la Luna
produce las mareas y el aumento de la duración del día. La distancia orbital de
la Luna, cerca de treinta veces el diámetro de la Tierra, hace que se vea en el
cielo con el mismo tamaño que el Sol y permite que la Luna cubra exactamente al
Sol en los eclipses solares totales.
Que tan importante es la luna para la tierra?
La luna es el único satélite de
la tierra, pero ha sido clave para que la misma sea como es ahora y, sobre
todo, sin ella, hubiera sido imposible que se dieran las condiciones para la
vida en nuestro planeta de Importancia. La luna es esencial para que las mareas
sean posibles. De la misma forma que la tierra atrae a la luna, ésta también
nos atrae, creando un efecto de estiramiento del planeta aovándolo. Esto
produce un ligero movimiento de atracción a la luna y viceversa, lo que provoca
la subida y bajada de la marea dos veces al día.
La luna y la tierra
La
luna, también, mantiene la estabilidad del clima en nuestro planeta y el ciclo
de las estaciones. Además de esto, si no tuviéramos satélite, si la luna
estuviera presente en la noche y nos atrajera, la tierra tardaría solo 8 horas
en dar una vuelta completa sobre sí misma, lo que afectaría a varias cosas: viento
más violento, una atmósfera con más oxígeno, mayor campo magnético y, además,
el año tendría 1.095 días. El valor de la luna está, como hemos dicho, en que,
sin su influjo, la tierra es más que probable que no hubiera existido como la
conocemos. Aun así, es muy poco lo que sabemos aún sobre nuestro satélite. Si
bien es cierto que se hicieron varias expediciones a ella y se obtuvo material
para su estudio, se desconoce muchísimo de ésta y se están estudiando nuevas
formas de, además de poder aterrizar sobre ella, estudiarla desde otros puntos
de vista que nos ayuden a conocerla muchísimo mejor e incluso ver la forma de
aprovechar algunos de sus recursos naturales.
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