La gran mancha roja de júpiter
La Gran
Mancha Roja es el mayor vórtice anticiclónico (altas presiones) de Júpiter y el
detalle de su atmósfera más conocido a nivel popular. Comparable a una enorme
tormenta, se trata de un enorme remolino que podría existir desde hace más de
300 años y caracterizado por vientos en su periferia de hasta 400 km/h. Su
tamaño es lo bastante grande (en dirección este-oeste) como para englobar más
de dos veces el diámetro de la Tierra.1 El remolino gira en sentido anti
horario. La Gran Mancha Roja fue observada por primera vez por el científico
inglés Robert Hooke en el siglo XVII. No obstante, no parecen existir informes
posteriores de la observación de tal fenómeno hasta el siglo XIX. En todo caso,
varía mucho tanto de color como de tamaño habiendo decrecido de manera
importante desde comienzos del siglo XX. Las imágenes obtenidas por el
Observatorio Yerkes a finales del XIX muestran una mancha encarnada alargada,
ocupando el mismo rango de latitudes, pero con el doble de extensión
longitudinal. Inicialmente se pensó que la Gran Mancha Roja era la cima de una
montaña gigantesca o una meseta que sobresalía por encima de las nubes. Esta
idea también fue rechazada en el siglo XIX al constatarse por medio de la
espectroscopia la composición de hidrógeno y helio de la atmósfera y
determinarse que se trataba de un planeta fluido.
En
marzo de 2006, se anunció que se había formado una segunda mancha roja,
aproximadamente de la mitad del tamaño de la Gran Mancha Roja. La segunda
mancha roja se formó a partir de la fusión de tres grandes óvalos blancos
presentes en Júpiter desde los años 40 y fusionados en uno solo entre los años
1998 y 2000 dando lugar a un único óvalo blanco denominado Óvalo Blanco BA,
cuyo color evolucionó hacia los mismos tonos que la mancha roja a comienzos del
2006. La coloración rojiza de ambas manchas puede producirse cuando los gases
de la atmósfera interior del planeta se elevan en la atmósfera y sufren la
interacción de la radiación solar. Medidas en el infrarrojo sugieren que ambas
manchas están elevadas, por encima de las nubes principales. El paso por tanto
de Óvalo Blanco a mancha roja podría ser un síntoma de que la tormenta está
ganando fuerza. El 8 de abril de 2006, la Cámara de Seguimiento Avanzada del
Hubble tomó nuevas imágenes de la joven tormenta.
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